lunes, 13 de febrero de 2012

La ciudad y la Imagen (II)

(Otro texto escrito por Limahoya donde queda patente que la diversión del tándem corresponde a Limatesa).


El modo de ver la ciudad responde a una serie de imágenes iconográficas que nos ayudan a dar una forma concreta a lo que en si misma significa la palabra “ciudad”. Esta imagen no solo depende del punto de vista subjetivo de la persona sino también del conjunto de impresiones que la cultura deja grabadas en la retina de cada individuo.

Así, por ejemplo, si hacemos el experimento de pedir a una persona que dibuje una casa, probablemente el resultado sea muy semejante al de la imagen que aquí se aprecia, a pesar de que, por ejemplo, dentro del estilo de vida europeo-mediterráneo esta tipología de vivienda no represente el tipo residencial más común que podría ser la vivienda colectiva en bloque, es decir, un apartamento o un piso.

Al mismo tiempo, si al individuo anterior le pedimos que elija una imagen que represente a su ciudad, esta imagen no será la de un conjunto de casas, sino que la ciudad estará representada por el conjunto de elementos iconográficos que la componen, que principalmente serán los espacios públicos (parques, plazas, jardínes, patrimonio histórico, edificios públicos...).


Este punto de vista está basado en que la ciudad se compone de un conjunto de hitos que la representan y que a su vez constituyen la imagen iconográfica percibida por los ciudadanos. Estos hitos arquitectónicos y urbanos son de utilidad práctica para el ciudadano visitante ya que le sirven para orientarse dentro de la ciudad desconocida, y al mismo tiempo, para el ciudadano residente, para quien orientarse no es un problema porque ya conoce su ciudad, es más importante el sentimiento de pertenencia al lugar que fomentan los hitos arquitectónicos al transformarse en iconos culturales.

A lo largo de la Historia, y más concretamente después del Movimiento Moderno, se han diseñado ciudades enteras. Ejemplos de ello son Chandigarh en 1951 o Brasília en 1957. La imagen icónica de la ciudad no solo se consigue con el diseño total de la misma sino que a veces basta con la modificación de una parte o la ampliación, modificando el planeamiento urbano. Ejemplos de algunas intervenciones urbanas son: la Unite d’Habitation de Marsella de Le Corbusier de la que hemos heredado gran parte de la imagen que en la actualidad se tiene de las ciudades, el Plan Voisin también de Le Corbusier que afortunadamente no se llevó a cabo, y los Robin Hood Gardens de Alison y Peter Smithson con su trazado característico tanto en planta como en alzado. 

Como consecuencia, en la actualidad, se aprecia en la ciudad una clara homogeneidad dentro del conjunto residencial. Este es el caso de las urbanizaciones de viviendas unifamiliares que aparecen repetidas e iguales (viviendas adosadas, pareadas…) y también se puede apreciar esta homogeneidad en los bloques de vivienda colectiva.
Ante este fenómeno aparece el completamente opuesto: la singularización de los edificios por antonomasia haciendo, por ejemplo, un restaurante con forma de bota o una cervecería con forma de barril de cerveza.

Aquí no hacemos juicios de valores del estilo a "esto está bien" o "esto está mal" y menos en una disciplina como es el urbanismo que se necesita una perspectiva temporal para poder valorar las consecuencias; simplemente se puede decir que una respuesta al planeamiento urbano se encuentra en la variedad, en la mezcla de tipologías, que se basa en la idea comercial que tan bien supo aplicar EE.UU. en su mercado urbanístico.

Limahoya.